lunes, 6 de agosto de 2007

Dedicatoria

Dedico principalmente este libro a mi madre, que me dio una oportunidad.

También a la gente de mi barrio, sobre todo a los jóvenes que están perdidos con las drogas, a los parados, a los inmigrantes, a los mendigos, a los enfermos, y a los ancianos, que son muchos.

A mi mejor amigo, Juanito, que para mí es un gran maestro.

A mis hermanos y con mucho amor a Marylyn, que tiene mucha luz. Y, cómo no, a mi padre, Albertillo, por su ayuda en el capítulo “Renacer a la niñez”.

A Joaquin por estar siempre a mi lado.

A todas las chicas que han pasado por mi vida, porque son maravillosas.

A Ana y Paco, gracias.

JUAN CARLOS VILLENA





Dedico este libro:

. A Manuel, Carmen y Manolo en gratitud a la la paz que dan.
. A Nordín y El Habib, que encuentran amor en el desamparo.
. A Mercedes García, ejemplo de esperanza por un mundo justo.
. A Pepe Espinosa, de quien aprendo lo que encuentra.
. A Said y a Leila, que nunca sabrán de esta dedicatoria.
. A todas las personas de Dalías, mi pueblo. Especialmente a Enrique y José Manuel, por el anhelo; a mi prima Mercedes; a mis primos Salvador y David; a mis sobrinos Isabel, José María y Cristina; a Antonio y mis hermanas, Isabel y Rosalía, y a mis padres, Isabel y Bernardo.
. A la mujer que “olvidó” su perfume en el cortijo El Aguaor, de Vélez-Rubio, por su ayuda en el capítulo “El Mensaje”.


PEPE CRIADO



Dedicamos este libro a Antonio Carranza y a Miguel Moreno, siempre agradecidos por sus enseñanzas. Y a Pilar.

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