lunes, 6 de agosto de 2007

7- EL DESIERTO

Llegué donde la calor deja lo vivo para más tarde. Sin ropa ni ideas me introduje en la noche de sol y todo a mí alrededor se evaporaba. Mi angustia era un dolor, el oxígeno era arena.

Y el dolor creó en mi cabeza un hijo en forma de araña y las primeras palabras que pronunció fueron:

- Tu yo, soy yo.

Y me hizo esta pregunta:

- ¿Para qué sufres?

Yo le respondí con estas palabras:

- Sufro porque no estoy al lado de mi padre. A través de mi dolor he de llegar a su amor.

- ¿Quieres respirar?

- El alma no necesita respirar.

- ¿Y ese fuego, no te quema?

- Para elevarme hace falta arder.

- ¿Cuánto tiempo más aguantarás?

- El tiempo es movimiento en tu cabeza pero no es real.

- ¿Y tu cuerpo?

- Mi cuerpo es una flor a la que mi amor da vida.

Y la araña, tejiendo su tela para ver si atrapaba a mi mente, continuaba intentando enredarme con más preguntas.

- ¿Crees que tu padre te utiliza?

- Si yo muevo una mano él también.

- ¿Por qué se fueron tus hermanos?

- Ellos querían ser como mi padre.

- ¿Por qué?

- Querían crear todo lo que mi padre creó.

- ¿Llevaban razón?

- No, porque ellos son mi padre y todo lo crearon ellos.

La araña se desplazó al cerebro izquierdo y las preguntas eran como cuchillas de hielo.

- ¿No te gustaría tener una mujer?

- No, mi madre me dio la vida y mi padre me la regaló.

Mi cabeza era un agujero a través del cual los gusanos se guiaban en la noche. Y más preguntas me lanzaba la araña.

- ¿Quieres que te quieran?

- Yo soy amor.

- Si tú eres amor, ¿por qué no haces que tus hermanos vuelvan con tu padre?

- La propia voluntad para elegir es la ley del amor.

- ¿Tú eres el elegido?

- Sólo soy un caminante.

- ¿Quieres riqueza?

- No, lo tengo todo.

Y la araña se convirtió en un sonido de flauta y su música sonaba a esperanza y la fe llegó al desierto y las aguas cayeron de los cielos para que la vida fuese completa.

A lo lejos se ve a mis hermanos. La luz que desprenden es pobre, pero soy feliz.

No hay comentarios: